El auge y popularidad de los videojuegos alternativos ha ido creciendo con el tiempo, de eso habla Indie Game: The movie. A lo largo de los años, comunidad gamer se masificó y mucho del contenido que se juega actualmente es independiente debido a la alta calidad de los videojuegos y su disponibilidad en la plataforma Steam. Si bien las grandes empresas lanzan en menor tiempo una considerable cantidad de juegos, los independientes entregan mayor detalle a la originalidad de la trama, del diseño, de la imagen, de la música, entre otras cosas. Y es esta dedicación tan obsesiva lo que retrata Indie Game en sus 103 minutos de duración.
¿De qué trata Indie Game: The Movie?
El documental estrenado en 2012 y de producción canadiense narra el día a día de cuatro desarrolladores de videojuegos que son financiados por ellos mismos y todo el sacrificio que conlleva ese trabajo. Por un lado, se acompaña a los creadores de Super Meat Boy, Edmund McMillen y Tommy Refenes, meses antes de lanzar su juego a la plataforma de Xbox con la presión de por medio y el tiempo corriendo en su contra.
Por el otro, se sigue al creador de Fez, Phil Fish, apostando literalmente su vida por lograr terminar el juego sin complicaciones después de sus cinco años de desarrollo. Y, por último, se muestra al creador de Braid, Jonathan Blow, lidiando con la reputación que su videojuego ganó en la web. Cada uno de los protagonistas lidia como puede con sus atareadas vidas, demostrando que la creación de videojuegos indie es un camino arduo, doloroso, y que casi nunca trae beneficios o gloria al final.

Algunas controversias
Uno de los puntos más relevantes que trata Indie Game: The Movie es la sobreexplotación que sufren los desarrolladores independientes, que dedican cada segundo de su tiempo a trabajar, dejando de lado su salud física y mental. Los protagonistas no comen bien, no duermen bien, no salen de sus casas y sufren de momentos depresivos y ansiosos constantemente por querer terminar los videojuegos en un tiempo limitado. Este golpe de realidad revela a los espectadores que el proceso de creación es todo menos divertido, y que el trabajo que requiere hacer un videojuego indie es de tiempo completo y sin pausas.
Otro asunto destacable es la tensa relación de los protagonistas con las grandes empresas de videojuegos, ya que, en sus ansias de contar con independencia creativa, los desarrolladores independientes se alejan de los trabajos estables que compañías más grandes les ofrecen. En un momento del largometraje McMillen y Refenes expresan que han decidido pasar por la creación de su juego solos a tener que trabajar en un proyecto masivo y sin corazón, aun si eso significa dedicar su vida a ello.
Todo deja entrever que la pasión de los protagonistas por su trabajo es mayor a la de un trabajador de otra área, desarrollando una adicción y dependencia peligrosa a sus proyectos. Un momento cúlmine de la cinta es la declaración de Phil Fish al automotivarse laboralmente con la idea de quitarse la vida si no es capaz de terminar Fez algún día.

Por último, un aspecto al que se le mucho da énfasis en el documental es la importancia de que el público apoye el desarrollo del juego y lo compre cuando salga al mercado, ya que hay una gran influencia de ellos al momento de la verdad. Jonathan Blow menciona cuánto le afectó leer los comentarios de los usuarios al interactuar con su juego y la errada interpretación que dieron a la historia de Braid.
En el caso de Fez los jugadores apoyaron la idea desde el inicio, pero a medida que el tiempo fue pasando olvidaron rápidamente la existencia del juego, dejando a Fish en un estado de incertidumbre respecto al éxito de su creación. Los desarrolladores ganan o pierden en un mercado que depende casi en totalidad del público y su compromiso con la idea que se les vende. Por ello, la ansiedad constante de un inminente fracaso en la comunidad gamer complica todo el panorama final.

Los protagonistas en la actualidad
Tras el estreno de Indie Game: The Movie los protagonistas siguieron avanzando en sus propios proyectos personales y profesionales. Phil Fish anunció una segunda parte de Fez, pero terminó cancelándolo por diferencias con otros desarrolladores. Su último trabajo fue el 2017, como diseñador de animación para la consola Analogue Super Nt. Edmund McMillen siguió desarrollando videojuegos como The Binding of Isaac, The End Is Nigh, entre otros. Su trabajo más reciente fue la secuela, The Binding of Isaac: Rebirth, y actualmente en Mewgenics, proyecto que será lanzado en 2024.
Tommy Refenes trabajó en una secuela de Super Meat Boy llamada Super Meat Boy Forever en 2021, y últimamente no se registra en más proyectos. Jonathan Blow lanzó el juego The Witness en 2016 y actualmente sigue trabajando en nuevos lenguajes de programación. Cada nuevo logro de los protagonistas demuestra que su pasión por la creación no se acabó tras lo difícil de sus antiguos proyectos, extendiendo el inicial mensaje de la cinta, los videojuegos como un nuevo método de comunicación humana.
Imagen: Steam