El hombre ha fumado aproximadamente desde el siglo II a. C., y está registrado en diferentes culturas alrededor del mundo. Sin embargo, este ancestral hábito es dañino para la salud, y aunque se haya modernizado para hacerlo más “saludable” con los cigarrillos electrónicos, podría aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias.
El cigarrillo electrónico fue patentado por primera vez en 1968 por Herbert A. Gilbert. Pero fue el farmacéutico chino Hon Lik, quien patentó el primer cigarrillo electrónico basado en nicotina en 2003. La idea surgió como una alternativa menos nociva para la salud luego de la muerte del padre de Hon Lik por cáncer de pulmón.

El cigarrillo electrónico se compone de cuatro partes principales:
-La boquilla: es por donde se inhala el vapor del cigarrillo.
-El atomizador: es la pieza que se rellena con él e-líquido, una mezcla de aromas y nicotina líquida. Dentro de ella está el atomizador, que es la pieza encargada de calentarse y convertir el líquido en vapor.
-La batería: La batería es la parte que da autonomía al cigarrillo.
-El cargador: Cada vez que se descargue tu cigarrillo electrónico deberás tener a mano el cargador.
A pesar de presentarse como alternativa saludable e incluso como método para dejar de fumar, lo cierto es que el cigarrillo electrónico no es tan sano como se creía.
Cáncer y enfermedades del corazón relacionados a los cigarrillos electrónicos

Un nuevo trabajo de investigación liderado por Moon-shong Tang, profesor de Medicina Ambiental en la Universidad de Nueva York, reveló que la nicotina de los cigarrillos electrónicos podría convertirse en sustancias químicas dañinas para el ADN.
El estudio se basó en un experimento donde ratones fueron expuestos por doce semanas, al vapor de la nicotina equivalente en dosis y duración a diez años para los humanos. En los resultados se notaron daños en el ADN de las células de pulmones, vejiga y corazón de estos animales.
Moon-shong Tang dijo que los cambios en el ADN eran similares a los relacionados con el humo del tabaquismo pasivo, pero agregó que se necesita investigar mejor la cuestión para saber si realmente el vapor de los cigarrillos electrónicos aumenta el índice de cáncer. “Los resultados pueden tardar años porque el cáncer es un proceso muy lento”, explicó el profesor.
“Si bien, los cigarros electrónicos contienen menos sustancias cancerígenas que los cigarros convencionales, el vapor podría representar un riesgo más grande para contraer un cáncer pulmonar o de la vejiga y también desarrollar enfermedades cardíacas”, señalan los investigadores del estudio
La tecnología puede llegar a convertirse en un arma de doble filo cuando se trata de la salud, si no se utiliza correctamente puede hacernos daño. Cuéntanos en los comentarios tu opinión sobre los cigarrillos electrónicos ¿Debemos dejarlos de usar?
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