Pasa el tiempo, los memes en auge, cada se crean un sin fin. Una moda que surgió para describir una idea o pensamiento. Y Batman no podía escapar a esta tendencia.
Así, tenemos un meme del hombre murciélago cacheteando al joven maravilla como uno de los más famosos y virales. Además, puede ser usado para cualquier situación.
De esta manera, la icónica imagen apareció hace un poco más de 50 años, pero muy pocos conocen el origen de ella. Si supieran que todo inicia por la batalla entre superhéroes.
El origen de la cachetada de Batman

Para noviembre de 1965, en una de las historietas más importantes, llamada World´s Finest de DC Comics, apareció la imagen. Para esa fecha, se publicó el fascículo número 153, donde se incluye la imagen, ahora meme.
En este número podemos leer la historia de The Clash of Cape and Cowl!, de Edmond Hamilton y Curt Swan. De esta manera, en un ficticio relato imaginado por el mayordomo Alfred Pennyworth para pasar sus ratos libres en la baticueva.
La historia cuenta como el reconocido científico Thomas Wayne y padre de Bruce Wayne, ayuda a Superboy en la búsqueda de un antídoto contra la Kryptonita. Obviamente, para que no lo afecte y deje de ser susceptible a la extraña roca de su planeta de origen.
Pero Thomas Wayne, es asesinado y la kriptonita desaparece. Por lo que, Bruce piensa que fue Superboy y jura vengarse de él. Tiempo después, Bruce se convierte en Batman y en una ocasión Robin, discute con respecto a la obsesión que tiene de acabar con Superman. En ese momento el hombre murciélago abofetea al joven maravilla.
Luego, Batman se alía con Lex Luthor, para acabar con el Hombre de Acero. Después de capturarlo, descubre que fue engañado por Luthor, quien es el verdadero asesino. Por esta razón, lo libera, pero una explosión líquida a hombre murciélago, quien antes de fallecer se disculpa con Superman.
Evidentemente, es una historia ficticia en el universo de dos de los superhéroes más queridos en el mundo. Ahora bien, coméntanos ¿Conocías de esta historieta que dio origen al meme?
Imagen: El Siglo de Torreon